martes, 27 de noviembre de 2007

EL GENERAL PALAFOX

El general Palafox
José Rebolledo Palafox y Melci nació en la ciudad de Zaragoza el 28 de octubre de 1775 en la casa-palacio de sus padres, Juan Felipe Rebolledo Palafox y Bermúdez de Castro, tercer marqués de Lazán, y Paula de Melci de Eril, que tenían en la calle Real Aduana, siendo el tercer hijo del matrimonio.
Realizó sus primeros estudios en las Escuelas Pías de Zaragoza, período del que se conocen algunos de sus cuadernos de deberes escolares, entre los años 1786 y 1788, alguno realizado con su hermano Luis y en los que comienza a fomentar una faceta no muy conocida del futuro general, su afición al dibujo. Bajo la dirección de su preceptor el padre Basilio Boggiero, se preparó en las asignaturas de Retórica y Filosofía, preceptor con quien el general seguiría manteniendo una fluida relación a lo largo de su vida, culminando en la participación de Boggiero en la Junta de Defensa de la ciudad de Zaragoza, siendo nombrado Palafox como su asesor.Entre los diversos trabajos realizados en su juventud y que afortunadamente aún se conservan, existe un curioso escrito, adornado con dibujos suyos, titulado "Exposición de las armas romanas" ,que podría ser la primera premonición sobre su futura carrera militar.
El 18 de julio de 1792, José Rebolledo Palafox y Melci ingresa en la guardia personal del Rey, y en el año 1798 es exento en la compañía flamenca de Guardias de Corps, período del que no existen muchos datos, salvo alguna referencia de la encomienda de Montachuelos que le había concedido en 1805 el rey Carlos IV, y de la que Palafox tomó posesión el 16 de junio de 1806.


El levantamiento
Antes del levantamiento de la población de Madrid el 2 de mayo de 1808, Palafox había estado presente en los sucesos de marzo en Aranjuez, acompañando al marqués de Castellar, como su ayudante de campo, participando en la custodia de Manuel Godoy, hasta su entrega a los franceses.Al precipitarse los acontecimientos con la marcha de la familia real a Bayona (Francia), los sucesos de mayo en Madrid y otros lugares de España, la abdicación del monarca ,etc. Palafox intenta con otras personas llegar a Bayona, vía Irún, para entrevistarse con Fernando VII, donde planean alcanzar al Infante Antonio, que se encontraba camino de Bayona, para formar con él una regencia. Los planes fueron descubiertos y los conspiradores tienen que trasladarse a Zaragoza, en donde relata al Capitán General Guillelmi la situación creada y los planes que se tienen preparados, quien no apoyó las ideas de Palafox, ordenándole que volviera a su destino.
Comprendiendo el general Palafox que Guillelmi no iba a participar en sus proyectos con respecto a la corona española, desobedece la orden recibida y se reúne con el conde de Sástago, pariente suyo, a quien vuelve a exponer la situación y las órdenes que traía del rey. Ambos decidieron convocar una reunión con otras personas afines a sus ideas, entre las que destacaban el conde Cabarrús, Benito Hermida, los hermanos Antonio y Gerónimo Torres Gimeno, ambos comandantes, Pedro Lapuyade y el capitán de artillería Ignacio Lopez, todos ellos con gran influencia en la sociedad zaragozana y el pueblo, creando una especie de Junta, al estilo de otra Juntas Patrióticas que se estaban formando en el resto del país.
A la vista del desarrollo de los acontecimientos, bastante inestables por las órdenes dadas por el capitán General, Palafox decide retirarse a la finca de La Alfranca, propiedad de su prima la marquesa de Ayerbe, a la espera el inminente levantamiento popular promovido por la citada Junta, como así ocurrió, al sublevarse el pueblo de Zaragoza el 24 de mayo de 1808, solicitando al general Guillelmi la entrega de armas a los civiles sublevados. Al día siguiente un grupo de labradores del Arrabal dirigidos por Jorge Ibor Casamayor, más conocido popularmente como Tío Jorge, se dirigieron a la finca donde se encontraba el general Palafox para ofrecerle la Capitanía General de la ciudad, y por tanto aceptase el mando del ejército.
Llegado a la ciudad hacia el anochecer, es recibido con gran entusiasmo, interviniendo el pueblo de forma directa en su nombramiento por la Real Audiencia como Capitán General, por Real Acuerdo, siendo confirmado en su cargo y grado por las improvisadas Cortes aragonesas que habían sido convocadas el día 9 de junio, además de ser nombrado el general como Gobernador político y militar del Reino de Aragón.Desde el primer momento de su entrada en la ciudad, el general Palafox y la Junta, en la que el general había introducido al padre Boggiero y a Calvo Rozas, ya estaban tomando medidas para la inmediata guerra, recibiendo partes sobre la situación del ejército francés, remitiendo cartas con las órdenes de guerra a alcaldes y justicias de Jaca, Cinco Villas, Sangüesa, Fraga, Bujaraloz, Sos entre otras, junto a otros oficios solicitando a los jefes de otras unidades, como el barón de Warsage en la ciudad de Calatayud, el envío de pólvora, además de hombres de refuerzo para el ejército que se estaba formando en la ciudad de Zaragoza.
El día 7 de junio Palafox envía a la ciudad de Tudela (Navarra) a su hermano Luis de Rebolledo Palafox y Melci, marqués de Lazán, para que con las fuerzas reunidas, aunque escasas, se una a los voluntarios navarros y traten de frenar a las tropas francesas del mariscal Charles Lefébvre, que marchaba hacia Aragón, no logrando alcanzar el marqués de Lazán su objetivo.Los días sucesivos fueron un rosario de derrotas de las tropas españolas. El día 8 son derrotados frente a Tudela, teniendo que abandonar la ciudad; el día 13 ocurre los mismo en Mallén y el 14 en Alagón, acción en la que participó el general Palafox, y en la que casi cae prisionero de los franceses, retirándose el ejército español hacia la ciudad de Zaragoza.
Los Sitios
No confiando en la defensa de la ciudad ante la debilidad de sus defensas, Palafox parte el día 15 a Belchite, con la idea de juntar un nuevo ejército para enfrentarlo a los franceses, contando para ello con las tropas del barón de Warsage, como le solicita por escrito el día 17 de junio, a la vez que le cuenta la derrota sufrida en Alagón. La reunión de las tropas aragonesas se produjo unos días después, a la vez que continuaba la recluta de hombres en los pueblos cercanos a Belchite, La Almunia, Calatayud, etc., pero mal armados e instruidos, el nuevo ejército levantado también fue derrotado por los franceses el 23 de junio, dispersándose de nuevo las unidades.
En la ciudad de Zaragoza, el mismo día en que Palafox abandona la ciudad, se inicia el primer Sitio, con la llamada Batalla de las eras, en las que por primera vez se consigue derrotar a las tropas francesas, más por ser un ataque general poco coordinado y pensando las unidades francesas que la ciudad no tenía defensa adecuada al haber sido abandonada por las unidades militares, pero dichas unidades francesas no tuvieron en cuenta la reacción que iba atener la población, formados en compañías de escopeteros, que ayudaron en todo lo que pudieron con su arrojo personal en la defensa de Zaragoza, obligando al ejército francés a bombardear la ciudad y realizar asaltos a sus puertas y murallas.
Ante la resistencia de la ciudad de Zaragoza, la Junta Suprema envía al general Palafox los días 29 y 30 de junio sendos Oficios instándole a volver inmediatamente a la ciudad, regresando el general el día 1 de julio, sustituyendo a su hermano el marqués de Lazán, que estaba a cargo de la defensa. A lo largo del mes de julio las tropas francesas continuaron bombardeando la ciudad, a la vez que poco a poco iban ocupando los puestos exteriores de la defensa zaragozana, mientras que Palafox, aprovechando las escasas defensas que se habían preparado, establecía un Plan de defensa y método que debían de observar los comandantes de puesto en caso de ataque, en el cual se indican los principales puntos de defensa, como Santa Engracia o Puerta del Carmen, lugares donde todos los días se producían combates.

Mapa de los Sitios de Zaragoza años 1808-1809.
Relación acuartelamientos de la ciudad:
1.-Aljafería.
2.-Trinitarios Descalzos.
3.-Capuchinos.
4.-Santa Engracia.
5.-Convalecientes.
6.-San Ildefonso.
7.-La Victoria.
8.-Carmelitas Descalzas.
9.-San Lázaro.
10.-San Agustín.
La lucha se fue haciendo cada vez más difícil para los defensores de la ciudad, que vieron como el día 4 de agosto las tropas francesas abrían una brecha en la zona del jardín botánico y llegaban a alcanzar el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, en pleno centro de la ciudad. Ante la gravedad de la situación, muchos son los zaragozanos que comienzan a abandonar la ciudad por el puente de piedra, entre ellos el general Palafox y otros altos oficiales y cargos públicos, dejando el mando a Antonio de Torres Gimeno, contando para dirigir a los defensores de la ciudad con personas de la talla y valor de Mariano Cerezo o el Tío Jorge entre otros.Pero la ciudad resistió gracias a la resistencia de su población y a la escasez de refuerzos de las tropas francesas para seguir manteniendo el asalto, pero sobre todo por la necesidad de tener que corregir sus líneas militares al tener conocimiento de los ejércitos franceses en Bailén, obligando a levantar el sitio de la ciudad, retirándose hacia Navarra.

Defensa del Reducto del Pilar.
En el segundo Sitio de la ciudad, los franceses si que hicieron un cerco completo, preparando un asedio en toda regla, para lo cual contaban con los Cuerpos de Ejército 3º y 6º de los mariscales Ney y Moncey, y contando con el refuerzo del 5º Cuerpo de Ejército al mando del mariscal Montier, que llega a Alagón el día 15 de diciembre de 1808, marchando a continuación los tres cuerpos de ejército hacia Zaragoza, dando inicio oficial al segundo Sitio el día 21 con un bombardeo de la artillería francesa sobre los reductos defensivos de la ciudad.La ciudad sufrió durante casi dos meses terribles bombardeos, voladuras y asaltos e importantes epidemias, y a pesar de la postura de algunas personas, militares, eclesiásticos y civiles, que deseaban continuar la lucha, encontrándose el general Palafox enfermo, no tenía más remedio que firmar el día 20 de febrero de 1809 la capitulación ante el ejército francés. Firma realizada por la Junta Suprema de Gobierno. En la misma se concedía el perdón general a todos los habitantes de Zaragoza, pero siempre que cumplieran algunas condiciones.
Entre las condiciones recogidas en las capitulaciones se indicaba que la guarnición abandonaría la ciudad al día siguiente, 21 de febrero, por la puerta del Portillo, por donde luego entrarían las tropas francesas, dejando los defensores sus armas a cien pasos de la puerta. A continuación los oficiales y soldados españoles debían prestar juramento de fidelidad al rey José I, pudiendo seguir luego en el ejército, pero en caso de no jurar serían conducidos como prisioneros a Francia, y aunque fueron muchos los defensores que salieron de la ciudad por la noche, las columnas de prisioneros camino de Francia llenaron los caminos aragoneses que se dirigían a la frontera francesa de los Pirineos, y entre ellos el propio general Palafox, aunque también fueron muchos los que aprovecharon el largo viaje para escapar de los franceses y volver a reintegrarse en la lucha.También se indicaba que las personas y sus bienes serían respetados por los franceses, así como su religión y sus ministros, aunque sucedió el arresto de los religiosos Santiago Sas y de Basilio Boggiero, asesinados seguidamente en el puente de piedra y arrojados al río Ebro sus cadáveres. En dicho puente de piedra se puede encontrar una lápida conmemorando este trágico suceso, situada en el lugar exacto de donde sucedió y donde también fue asesinado el barón de Warsage.

Lugar donde fueron asesinados Santiago Sas, padre Boggiero y barón de Warsage.
La capitulación de Zaragoza.
La rendición de Zaragoza supuso la humillante salida de los defensores por la puerta del Portillo para entregar sus armas, mientras que por la puerta del Angel penetraban los orgullos vencedores tras ocupar las posiciones más estratégicas, como paso previo a la entrada triunfal del mariscal Lannes, Duque de Montebello, efectuada por la misma puerta que habían salido los españoles, una vez otorgada la rendición a la Junta Suprema de Gobierno un día antes.Otorgamiento cuya literalidad encierra los fundamentos en que se basaron las relaciones entre vencedores y vencidos, tal como se señala en los once apartados en que se pactó la rendición de Zaragoza:
"Capitulación de Zaragoza otorgada entre el mariscal Lannes, duque de Montebello, general en xefe del exército francés y la Junta Suprema de Gobierno en 20 de febrero de 1809:
Capítulo 1º.La guarnición de Zaragoza saldrá mañana 21 al mediodía de la Ciudad con sus armas por la Puerta del Portillo y las dexará a 100 pasos de dicha Puerta.
Capítulo 2º.Todos los oficiales y soldados de las tropas Españolas hará juramento de fidelidad a S.M. Católica el Rey Josef Napoleón I.
Capítulo 3º.Todos los oficiales y soldados que habrán prestado el juramento de fidelidad quedarán en libertad de entrar en el servicio en defensa de S.M.C.
Capítulo4º.Los que de ellos no quisieran entrar en el servicio serán llevados prisioneros a Francia.
Capítulo 5º.Todos los habitantes de Zaragoza y los Extrangeros si los huviere, serán desarmados por los Alcaldes, y las Armas puestas en la Puerta del Portillo al mediodía.
Capítulo 6º.Las personas y las propiedades serán respetadas por las tropas del Emperador y Rey.
Capítulo 7º.La Religión y sus Ministros serán respetados, y serán puestos centinelas en las puertas de los principales Templos.
Capítulo 8º.Las tropas Francesas ocuparán mañana al mediodía todas las Puertas de la Ciudad, el castillo y el Coso.
Capítulo 9º.Toda la Artillería y municiones de toda especie serán puestas en poder de las tropas del Emperador y Rey mañana al mediodía.
Capítulo 10º.Todas las Cajas Militares y Civiles (es decir las tesorerías y Caxas de Regimientos) serán puestos a disposición de S.M.C.
Capítulo 11º. Todas las Administraciones civiles y toda especie de Empleados harán juramento de fidelidad a S.M.C. y la Justicia se distribuirá del mismo modo y se hará en nombre de S.M.C. el Rey Josef Napoleón I.
Cuartel General delante de Zaragoza a 20 de febrero de 1809.El Mariscal Lannes Duque de Montebello. General en Jefe.D. Pedro María Ric. Presidente de la Junta."

El fin de la guerra
El general Palafox estuvo después de la capitulación de Zaragoza prisionero en Francia hasta el 13 de diciembre de 1813, regresando a España a comienzos del siguiente año, cargado de popularidad, lo que no le impidió el recibir un Oficio del Ministerio de la Guerra, de fecha 26 de febrero de 1814, para que se presentara en la Secretaría de dicho Ministerio y jurara la Constitución, jura que debió realizar inmediatamente, según Certificado expedido el 27 de febrero por Juan Dominguez, Secretario del rey, donde se indicaba que el general Palafox había jurado la Constitución.
Enterado de la vuelta del rey Fernando VII a España, el general acude a recibirlo, comisionado por las Cortes, para que el rey jurara la Constitución, lo que aprovecha el general para solicitar a Fernando VII que desvíe su viaje y visite la ciudad de Zaragoza antes de acudir a Valencia, solicitud que obtiene Palafox.El recibimiento de Zaragoza a su general, que además regresa acompañado de su rey, el Deseado, es todo un acontecimiento en la ciudad, como recoge una carta de la Condesa de Bureta narrando el recibimiento, y en la más interesante descripción sobre la entrada de ambos personajes, escrita para que Miguel Parra hiciera un cuadro. La entrada en la destruida ciudad debió de ser todo un acontecimiento para los zaragozanos, con actos de todo tipo, dentro de las limitaciones de la situación, con tercetos dedicados al monarca, como escritos por los parroquianos de San Pablo, aunque lo mejor debió de ser el recibimiento a las puertas de la ciudad, como recoge el general en sus Memorias:"Ya Palafox le esperaba a caballo a dos leguas de la capital al frente de un inmenso pueblo, y al llegar al camino que llaman de Cogullada, les tenía dispuesto un hermoso carro triunfal que, conducido por los robustos brazos de los zaragozanos y en medio del entusiasmo más pronunciado, entre vivas y lágrimas de placer, entraron las reales personas en la fiel y heroica Zaragoza, habiendo honrado Su Majestad a Palafox con hacerle subir a su lado para entrar en la ciudad."
Condecoraciones,Títulos y Distinciones.
La primera condecoración recibida por Palafox, dejando a un lado las de los Sitios, es la de Sufrimientos por la Patria, concedida en 1815 por haber estado en la prisión de Francia. En el mismo año le fue concedida la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, como consta en la notificación guardada por el general, que lleva el sello y la firma real. Al siguiente año le concede Fernando VII, con fecha 14 de febrero, la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo.Uno de los nombramientos que más llama la atención es el recibido en septiembre de 1814 como Caballero de la Orden de Lis de Francia, distinción recibida del país contra cuyos ejércitos había luchado Palafox. Otras condecoraciones le serían concedidas al general Palafox ya en los años finales de su vida, como la Cruz de Carlos III, concedida en diciembre de 1838, Cruz a la que renuncia el general. La última distinción recibida por el general fue la concesión el 6 de febrero de 1846 por la reina Isabel II de la Sacra Orden Militar de San Juan de Jerusalén.
De los muchos Títulos, distinciones, honores y nombramientos otorgados al general Palafox por su actuación al mando de la ciudad de Zaragoza en los dos Sitios, destacan los recibidos del ayuntamiento de dicha ciudad o de las Academias en ellas existentes y de otras ciudades, como el nombramiento de Palafox en 1808 como Regidor Noble por el ayuntamiento, y los nombramientos de Académico de Honor de la Academia de San Carlos de Valencia y también de la de Nobles y Bellas Artes de Zaragoza, honores y distinciones que también le hicieron otras Academias y Sociedades, como también en Valencia por parte de la Real Sociedad Española de Amigos del País en 1814 nombrándole miembro de la misma, o el de la Sociedad Arqueológica Tarraconense, que le nombra miembro en 1845.El 18 de junio de 1834 la reina gobernadora nombra a Palafox Prócer del Reino, estamento que estaba formado por personas que han destacado por algún motivo y habían recibido dicho honor por parte de la reina, con el derecho de acudir a las sesiones de las Cortes, estamento de Próceres del Reino que por medio del duque de Rivas contesta a Palafox por medio de un Oficio confirmando su nombramiento.Lamás importante distinción que recibió el general Palafox fue la de Grande de España, concedida el 17 de julio de 1834, con el título de duque de Zaragoza, recibiendo a los pocos días un Oficio del ayuntamiento de la ciudad de Zaragoza felicitando a Palafox por el título de duque de Zaragoza que le habían concedido.
Vida pública
Al instalarse en Madrid en 1815, contrajo matrimonio ese mismo año con Francisca Soler Y Durán, matrimonio del que nacerá un hijo, Francisco Pilar Mariano de Rebolledo Palafox y Soler Durán, nacido en Huesca el 12 de octubre de 1815, apuntándole su padre a los pocos meses de nacer como voluntario en el Regimiento de Infantería Ligera, 1º de Voluntarios de Aragón, continuando Francisco su carrera en el ejército, retirándose con el grado de coronel de caballería.Desde su establecimiento en Madrid, Palafox se aleja de la vida oficial, aunque utilizado por la monarquía como un comodín liberal cuando la situación de la corona no era la mejor dentro del país, llegando a nombrar al general para dirigir distintas unidades del ejército o de la Casa Real. Cargos de los que volverá a ser nombrado durante los años treinta y cuarenta, y que siempre han sido considerados de segundo nivel, teniendo en cuenta la persona y categoría militar del general Palafox.
Durante los años que el general Palafox estuvo algo apartado de la vida pública, los aprovechó para ir redactando los manuscritos de sus Memorias, en los que intenta reunir toda la información existente sobre los sucesos de los Sitios y su propia actuación. Pocos años después, cuando el 24 de julio de 1834, al poco de haber sido nombrado Prócer del Reino por la Reina gobernadora, es detenido y encarcelado, acusado de participar en la conspiración conocida como La Isabelina. Desde el primer momento el general Palafox proclamó su inocencia, enviando gran cantidad de escritos en los que expresa lo injusto de su situación, para que intercedieran en su favor, de los que se pueden consultar los borradores conservados en su archivo, incluso la copia de una carta escrita por su esposa al Ministro de Gracia y Justicia sobre la situación de su esposo. El general quedó absuelto el 22 de junio de 1835 de los cargos que se le imputaban.
A finales de 1837 el general Palafox tuvo el honor de ser propuesto para senador por el ayuntamiento de Huesca, recibiendo su primer Certificado como senador el año 1839, repitiendo su nombramiento en los años 1843 y 1845, nombramiento que en aquella época era un gran honor y distinción.Entre los cargos que desempeñó caben destacar que en 1836 era Inspector General de Milicias Provinciales y Comandante General de la Guardia Real Provincial, jefatura de la Guardia Real que mantendrá hasta el año 1841. Durante los años 1843 a 1846 fue Comandante del Cuerpo de Alabarderos, recibiendo por ello un afectuoso Oficio del ayuntamiento de Huesca felicitándole por su nombramiento. El último puesto ejercido por Palafox fue el de Comandante General del Cuerpo de Inválidos, del que fue nombrado en el año 1846.
El general José Rebolledo Palafox y Melci falleció en Madrid el 15 de febrero de 1847, siendo enterrado en la iglesia de Atocha en Madrid, entonces sede del Establecimiento de Inválidos, Cuerpo del que era entonces presidente.Un ejemplo de que la figura del general Palafox todavía era conocida fuera de España, se puede ver en la nota publicada al mes siguiente en la Gaceta Universal Militar de Berlín. Al cumplirse un año de su muerte, con fecha 13 de febrero de 1848, se publicó una Orden general para conmemorar el eterno descanso del alma de Palafox.En el año 1902 sus restos mortales fueron trasladados al Panteón de Hombres Ilustres, en Madrid. El último traslado de los restos del general se efectuó el 9 de junio de 1958, al ser llevados a Zaragoza, siendo enterrados en la cripta de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, con motivo de los Actos del CL Aniversario de los Sitios de Zaragoza.


Tumba del general Palafox en la cripta de la Basílica del Pilar.
Rinde honores un piquete del 1º Regimiento de Voluntarios de Aragón.
Fuentes:

Autor Leonardo Blanco Lalinde.

Archivo, Biblioteca y Hemeroteca Municipal de Zaragoza. Archivo Palafox.

Mapa de la ciudad extraido de Los Sitios de Zaragoza 1808-1809:"Guerra a muerte" Raymond Rudorff.Grijalbo.Barcelona, 1977.

Articulo publicado en la Revista Fundación 2008 Zaragoza Nº1.Junio 2004.

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