martes, 27 de noviembre de 2007

LA BRIGADA LIGERA EN LOS SITIOS

Una destaca unidad inglesa que participó en la Guerra de la Independencia española fue la denominada First Brigade of Light Infantry (Primera Brigada de Infantería Ligera), compuesta originalmente por la 43rd Light Infanty, la 52nd Light Infantry y la 95th Rifles, la cual tuvo una destacada actuación en la batalla de La Coruña (enero de 1809), bajo el mando de sir John Moore, fallecido en dicha acción, al facilitar el embarque del ejército británico, que se encontraba arrinconado en dicha ciudad por los ejércitos imperiales franceses. Dentro de la larga tradición inglesa de glorificar las actuaciones de sus ejércitos a lo largo y ancho de nuestro planeta, en 1905 aparece una novela para jóvenes, titulada Boys of the Light Brigade, editada en Londres por Blackie & Son Limited y escrita por Herbert Strang, nombre que en realidad era un seudónimo compuesto por los apellidos de dos escritores ingleses, miembros de la Oxford University Press, George Herbert Ely (1866-1958) & C James L'Estrange (1867-1947), quienes a lo largo del primer tercio del siglo XX escribieron, y al final editaron, abundantes libros de ficción y de texto para los chicos y las chicas de Inglaterra, teniendo siempre como base la historia de su país y sus hombres en distintos lugares del mundo. El protagonista de la novela es el teniente Jack Lumsden, del 95th Rifles, que consigue salir de la ciudad de La Coruña y llegar hasta la ciudad de Sevilla, y que gracias a sus conocimientos de español recibe, a finales de enero de 1809, la misión de llevar un mensaje del mando británico al general Palafox, quien en aquellas fechas se encontraba defendiendo la ciudad de Zaragoza durante el Segundo Sitio realizado por el ejército francés. Desconocida la novela, sobre todo entre los zaragozanos y aragoneses, es en realidad una preciosa descripción, desde el punto de vista inglés, de la defensa de la ciudad de Zaragoza frente a los ejércitos imperiales franceses, que ocupa más de la mitad del libro, además de una visión de la sociedad española de la época y los motivos que, según los autores, llevaron al pueblo a enfrentarse al todopoderoso Napoleón. La narración se encuentra bien documentada en sus referencias a los lugares de la ciudad donde tuvieron lugar los principales enfrentamientos armados, con detalladas referencias de las baterías de San Agustín y Santa Mónica, los combates en la Puerta del Portillo y el Palacio de La Aljafería, o los detallados enfrentamientos de los defensores en el sector del Coso Bajo, lugares todos ellos en los que participa de forma activa nuestro personaje, sin olvidarnos también de las detalladas descripciones de las posiciones francesas en el monte de Torrero, el monasterio de Santa Engracia o el asalto alas murallas de San Agustín. Aunque más interesantes son para nosotros las referencias que se recogen sobre los más destacados y conocidos defensores de la ciudad, comenzando por el general Palafox, a quien, junto al general Castaños, el protagonista había conocido después del Primer Sitio, y a quien describe como un patriota español, que tras la capitulación es tratado de manera ignominiosa por los franceses. Junto al general Palafox, aparecen sus principales consejeros, como Sas y Boggiero (que siempre está invocando a la Virgen del Pilar), o el marqués de Lazán, Francisco de Palafox, hermano del general, pero también el Tío Jorge, con quien llega a luchar en distintos puntos de la ciudad, o el Padre Consolación, sin olvidarnos de la condesa de Bureta y María Agustín, de quienes alaba el esfuerzo y sacrificio de las mujeres españolas en tan dramáticos momentos. Aunque también, como buena novela para jóvenes, aparecen abundantes personajes de ficción, así como lugares inexistentes en la ciudad, caso de la plaza Álvarez, donde transcurre una parte de la novela, pero que sirven para mantener vivo el interés y la narración, al aprovechar los personajes y lugares para describir la violencia de la lucha, los sentimientos de sus habitantes o la destrucción que iba sufriendo la ciudad con los abundantes bombardeos y minas que se excavaban, para la defensa y el ataque. Como es de suponer conociendo la historia, nuestro protagonista acaba prisionero del ejército francés tras la capitulación de la ciudad, siendo trasladado junto a otros defensores a los campos de prisioneros en Francia, pero que tuvo la suerte de ser liberado en un ataque de los guerrilleros navarros al norte de la ciudad de Tudela. La novela de Herbert Strang es una interesante visión inglesa de la Guerra de la Independencia española, pero sobre todo de una acción tan destacada como la defensa y lucha en la ciudad de Zaragoza, centrada durante su Segundo Sitio, y aunque con algunos tópicos sobre los defensores españoles, a quienes llega a describir como "un ejército de (hombres) locos", también tiene otros aspectos curiosos, como la clave criptográfica que se usaba por los españoles para enviar sus mensajes cifrados, usando el alfabeto español y el nombre del general José Palafox, muy curiosa y que además incluye la forma de descifrar los mensajes. Su lectura amena, a pesar de sus más de cuatrocientas páginas, nos lleva a comentar la necesidad de plantear una traducción al español, que sirva para difundir a los zaragozanos y los estudiosos del tema, una curiosa visión de tan destacad evento en la historia de nuestra ciudad, que en el próximo año 2008 se va a celebrar el Bicentenario de los mismos.

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